Hoy en día no nos resulta nada nuevo ver trabajar a mujeres en Correos. Pero como todo en la historia, siempre hubo una primera vez.
Por el Día Internacional de la Mujer, 8 de marzo, queremos hacer un homenaje a las pioneras trabajadoras de la gran empresa postal española. ¿Queréis conocer su historia?
Las primeras mujeres en Correos
Correos fue una de las primeras empresas españolas que decidieron incorporar mujeres en su plantilla.
Las primeras mujeres auxiliares de la historia
Fue en 1881, aproximadamente, cuando se contrató a la primera mujer telegrafista. Este gran pasó se vio impulsado por la reforma de servicios postales y telegráficos de 1879, que permitió la contratación de mujeres como auxiliares.
Al año siguiente, en 1882 eran 40 mujeres telegrafistas; pero no fueron reconocidas oficialmente como trabajadoras hasta 1883.
En 1909 se convocó la primera oposición de mujeres en Correos para auxiliares femeninas. Sin poder subir de categoría, ya que los estatutos de la Administración Pública reconocían el derecho al trabajo de la mujer solamente en la categoría de Auxiliares.
En 1922 hubo un “boom” de mujeres dentro del cuerpo gracias a la huelga de Jefes y Oficiales de Correos y Telégrafos, que permitió que se contrataran a 300 mujeres para ocupar el puesto de los huelguistas.
Poco a poco Correos fue llenando sus plantillas con presencia femenina, siendo muy similar en número a los hombres, pero con una persistente y evidente desigualdad salarial.
La Guerra Civil y la posguerra significaron un paso atrás para las mujeres. El franquismo depuro el cuerpo de auxiliares de Correos de funcionarias negando su participación en nuevas oposiciones.
El resurgir de las mujeres en Correos
Los años 70 fueron los años del resurgimiento de las mujeres en Correos, llegando a alcanzar puestos a los que nunca habían accedido.
En 1971, por primera vez en la historia de España, se contrató a la primera mujer cartero.
No accedió ninguna mujer más hasta el final de la década, donde se incorporaron nuevas mujeres al cuerpo gracias a las primeras oposiciones para carteras funcionarias.
¿Quiénes eran las mujeres Correos?
A pesar de que miles y miles de mujeres han pasado por la empresa, hay tres nombres resuenan en su historia: Consuelo Álvarez, Clara Campoamor y Josefina Vicente.
Consuelo Álvarez
Consuelo se formó en la Escuela de Telegráfos de las Asociación para la Enseñanza de la Mujer.
Allí estudió durante dos años para obtener el título de Telegrafista. Su trabajo consistía en enviar y recibir mensajes en morse de otras oficinas telegráficas.
Fue el 15 de Abril de 1885 cuando aprobó el examen de ingreso para Auxiliar Temporera en Telégrafos. Este fue el primer examen en el que pudieron acceder mujeres solteras mayores de 16 años.
Anteriormente, las mujeres trabajadoras en Correos debían ser familiares de miembros de la empresa. Por lo que este examen fue un hito en la historia de la mujer.
Consuelo tuvo que esperar y luchar 10 años hasta obtener un contrato indefinido. Decidió compaginar esta profesión con el periodismo.
Perteneció al cuerpo hasta su jubilación con 65 años. Para entonces ya había conseguido escalar en la empresa.
Acabó su vida laboral siendo la jefa del gabinete de prensa de Telégrafos, creado en 1915. Además de representante sindical en el Sindicato de Telégrafos e impulsora de la creación de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicación.
Clara Campoamor
Abogada, escritora, política, defensora de los derechos de la mujer y telegrafista.
A causa de la muerte de su padre, Clara comenzó a trabajar desde muy pequeña para aportar en la economía doméstica. Dejando sus estudios de lado, decidió examinarse de las oposiciones de Correos.
En junio de 1909 consiguió plaza como auxiliar de segunda clase del cuerpo de auxiliar de Telégrafos, siendo una de las primeras mujeres en Correos.
Allí comenzó su interés por el feminismo y el papel de la mujer. Pero tuvo claro que para que su voz se escuchara debía llegar más alto de dónde estaba.
En 1914 consiguió el primer puesto en la oposición para el Ministerio de Instrucción Pública, donde fue destinada como profesora en las Escuelas Adultas. Durante estos años, alternó su trabajo con los de traductora, auxiliar de mecanografía y secretaria del director del periódico La Tribuna, el cual incrementó más sus intereses por la política.
En los años 20 consiguió el título de bachillerato y se matriculó en la Facultad de Derecho, donde se licenció en diciembre de 1924. Un año después consiguió incorporarse al Colegio de Abogados de Madrid, siendo la segunda mujer en conseguirlo.
La impulsora del sufragio femenino
Poco a poco fue adquiriendo un papel importante en la sociedad política española. Con ideas revolucionarias e innovadoras que defendían los derechos de la mujer, su igualdad ante los hombres y su libertad política.
Estas ideas la impulsaron a lograr el sufragio femenino en España. En 1931, al proclamarse la Segunda República, fue elegida diputada por el Partido Radical.
Dentro de las cortes, pasó a formar parte del equipo que elaboró el proyecto de la nueva Constitución, donde luchó por establecer la no discriminación por razón de sexo, la igualdad jurídica, el divorcio y el sufragio universal.
Lo consiguió todo, siendo en 1933 las primeras elecciones en España donde las mujeres pudieron ejercer su derecho al voto.
Al estallar la Guerra Civil, Clara tuvo que exiliarse. El régimen franquista impidió que nunca más volviera a España muriendo en 1955 en Suiza.
Josefina Vicente
Josefina Vicente nunca fue consciente de la repercusión que tuvo al convertirse en la primera mujer cartero de España.
En marzo de 1971 ocupó por primera vez su puesto como cartero en la pedanía de Los Garres.
No luchó por su puesto ni por sus derechos, simplemente se atrevió a preguntar lo que ninguna mujer hizo, por la opresión de la época: “¿puedo trabajar de cartero?”. A lo que el director provincial de Murcia respondió: “¿Y por qué no?”.
Su acción formó un gran revuelo, su fotografía apareció en muchos periódicos, incluso llegó a ser entrevistada en RNE, recuerda ella con mucha ilusión.
En ningún momento como mujer en Correos se sintió discriminada. Al contrario, sus compañeros la arroparon y los habitantes de su pedanía la querían.
Ella no solo se encargaba de hacer llegar las buenas noticias, también se las leía a aquellos que no podían. Disfrutó de muchas vivencias importantes, de momentos muy emotivos, fue un apoyo para muchos aldeanos.
En Correos no pudo durar más de seis años, sus aspiraciones la hicieron querer llegar más lejos. Pero recuerda esa época como una de las más importantes de su vida.
Pasó a dirigir una academia de formación profesional en Valencia y años después regresó a Murcia para gestionar una residencia de la tercera edad, “mi verdadera vocación” admite.
Josefina ha sido una mujer pionera en todas sus acciones, su afán por viajar y los idiomas le han hecho vivir como ella ha querido, sin atarse a nada ni dejarse amedrentar por nadie.
Actualmente a sus 85 años, estudia en la Universidad de Murcia. Su objetivo es entender mejor las redes para publicar sus vivencias e historias en un blog. Sin dar mucha importancia al camino que abrió a todas las mujeres en Correos.
Mujeres en Correos en la actualidad
Actualmente la gran empresa postal no hace diferenciación entre sexos. Todos tenemos las mismas oportunidades dentro de ella y no hay una limitación de cargos que puedan llegar las mujeres en Correos.
Las oposiciones están abiertas tanto a hombres como a mujeres, siendo una empresa que se preocupa por sus empleados. Fomentando la conciliación laboral y familiar.
Independientemente del género, es una de las mejores empresas donde trabajar:
- Tendrás un puesto para toda la vida.
- Un sueldo de 14 pagas anuales, acordes a tus funciones y horas de trabajo.
- 20 días de vacaciones, más días de asuntos propios y permisos para cuidar a familiares dependientes.
- Crecimiento laboral. Podrás acceder a concursos de promoción interna, donde ir escalando puestos en la empresa.
¡Anímate! Forma parte de la historia de las mujeres en Correos. Oposita con Preparacorreos y consigue un trabajo digno para toda la vida.